¿Qué financiamiento para qué cultura? El apoyo del sector público a la actividad cultural
¿Qué financiamiento para qué cultura? El apoyo del sector público a la actividad cultural.

Enrique Saravia
Desde el siglo XV en adelante, existió consenso general sobre dos aspectos relacionados con la cultura y las artes. El primero era que la producción artística constituía una vocación autónoma de individuos y comunidades y, como tal, podía ser ejercida libremente, en la medida que la sociedad la tolerase.
Si la comunidad no la aceptaba ello provocaba, según las épocas y las materias, el ejercicio de censura moral, religiosa y política.
El otro aspecto se relacionaba con el apoyo de los gobernantes: éste se prestaba a las manifestaciones que contribuyesen para la educación de los jóvenes y de la comunidad o que enaltecieran el prestigio del país o de sus gobernantes. La lenta evolución de estos consensos lleva al surgimiento de los dos modelos básicos que orientan las políticas públicas de financiamiento de la cultura:
a) el Estado orienta y financia la actividad cultural, o
b) la comunidad es la que financia y apoya acciones culturales concretas en la medida en que, a la luz de perspectivas o intereses diversos, considere legitimada socialmente las acciones culturales concretas.
Ninguno de esos modelos se presente hoy en estado puro. Pero los sistemas de cada país se aproximan a cada uno de ellos. Puede afirmarse que los dos sistemas nacionales de apoyo a la cultura más conocidos, el francés y el de los Estados Unidos, representan, en la práctica, ambos tipos de política pública cultural.
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Enrique Saravia
Introducción
Desde el siglo XV en adelante, existió consenso general sobre dos aspectos relacionados con la cultura y las artes. El primero era que la producción artística constituía una vocación autónoma de individuos y comunidades y, como tal, podía ser ejercida libremente, en la medida que la sociedad la tolerase.
Si la comunidad no la aceptaba ello provocaba, según las épocas y las materias, el ejercicio de censura moral, religiosa y política.
El otro aspecto se relacionaba con el apoyo de los gobernantes: éste se prestaba a las manifestaciones que contribuyesen para la educación de los jóvenes y de la comunidad o que enaltecieran el prestigio del país o de sus gobernantes. La lenta evolución de estos consensos lleva al surgimiento de los dos modelos básicos que orientan las políticas públicas de financiamiento de la cultura:
a) el Estado orienta y financia la actividad cultural, o
b) la comunidad es la que financia y apoya acciones culturales concretas en la medida en que, a la luz de perspectivas o intereses diversos, considere legitimada socialmente las acciones culturales concretas.
Ninguno de esos modelos se presente hoy en estado puro. Pero los sistemas de cada país se aproximan a cada uno de ellos. Puede afirmarse que los dos sistemas nacionales de apoyo a la cultura más conocidos, el francés y el de los Estados Unidos, representan, en la práctica, ambos tipos de política pública cultural.
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