Objetivos de Desarrollo del Milenio y Cultura

Hace un par de semanas tenía la página blanca,  buscando preguntas y respuestas, los Objetivos de Desarrollo del Milenio no incorporan directamente ninguna propuesta sobre cultura. ¿Por qué? ¿Tendrían que incorporar la cultura? del otro lado unos ojos críticos esperando el encuentro.

¿Por qué incorporar cultura?  Identifico dos causas.  La primera en cuanto a la agenda global asociada al desarrollo y la segunda en cuanto a las capacidades en mostrar la relación de cultura con el desarrollo.

Primero, porque las propuestas sobre la cultura relacionadas con desarrollo en política pública han tenido más prioridad para aplicación nacional que a nivel global. Es como si la pobreza fuera global y la cultura local; entonces la urgencia de atender la pobreza y el desarrollo se entiende a escala mundial y los procesos culturales, pueden esperar, y ser atendidos localmente. Adicional, desde la política internacional es más sencillo pensar en cultura desde la tradicional instrumentalización, es decir, considerarla más como herramienta. 

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) son aprobados en el 2000 y desde el primer momento se consideraron como metas mínimas asociadas al desarrollo para una lucha básica  contra la pobreza. También desde el primer año se identificaron  ciertas limitaciones, bien por la verticalidad y falta de integración con agendas políticas de desarrollo ya presentes, tanto en lo global como en lo nacional, como por las herramientas propuestas o no planteadas.

Sobre la segunda causa identificada, la ausencia de mediciones sobre la cultura – en su relación con el desarrollo – resulta contraproducente para una propuesta de alcance global. Tanto en  temas de cooperación, como de agendas políticas en las relaciones entre naciones, una dificultad era que cada objetivo debía  tener una forma de medición que de alguna manera permitiera el seguimiento global. En cuanto a cultura, a la fecha del 2000, el tema se mantenía en convencer y sensibilizar sobre su importancia en el desarrollo, sin herramientas transversales para medir su impacto. Entonces, no se tenía el liderazgo global para incidir una agenda compartida, aún con los principios sobre cultura y desarrollo dados por la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas Culturales para el Desarrollo en Estocolmo (1998) y la presentación del Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de Unesco (1995). El no estar incluido en los ODM, refleja la gestión política del tema cultural en su relación con el desarrollo, es decir, nos falta agencia en la dimensión cultural.

Presente y futuro:
Sin embargo es evidente que aunque la cultura, no haya sido mencionada explícitamente en documentos de organismos multilaterales de desarrollo, por lo menos hasta la aparición del Informe sobre Desarrollo Humano 2004 del PNUD, se sobreentendía que los pueblos tienen la potestad de mantener sus derechos culturales y preservar tradiciones, saber local y modos de vida. Adicional, cabe señalar que entre 2000 y 2013[1], el discurso gubernamental global ha ampliado su mirada en la relación entre cultura y desarrollo. Para la dimensión del desarrollo llamada cultura, aún falta conceptualización y se mantiene la necesidad de poder dar cuenta de  medidas, como indicadores, que tengan aplicación global.

Identifico que la opción más inmediata y fácil de incorporar la cultura en el horizonte de los ODM,  por el reto de la medición global, es hacerlo desde la diversidad y el patrimonio, en la amplitud de lo material e inmaterial y sus correlaciones con ambiente, educación, productividad y comunicación, como una estrategia para trazar metas que cohabiten y permitan los mismos ODM.  A partir de los informes anuales de seguimiento, se evidencian factores de carácter cultural que afectan los ODM como son los de la promoción de la igualdad de género y el combate enfermedades y resulta indudable que en el amparo del objetivo de Fomentar una Alianza Mundial para el Desarrollo, la relación del campo de la cultura y el desarrollo es mayor que antes del 2000 y tiene una agenda que puede hacer global y transversal.





[1] La Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales (2005); la  ventana cultura y desarrollo del Fondo para el logro de los Objetivos del Milenio del PNUD; la Agenda Europea para la Cultura;  la Declaración de Bruselas en el marco del coloquio “Cultura y creación: factores de desarrollo”; la Carta Cultural Iberoamericana;  el Informe “Invertir en la diversidades cultural y el diálogo intercultural de Unesco; las Asambleas Generales de Naciones Unidas de septiembre de 2010 y de julio de 2012 que aprobó” el Futuro que queremos Todos”.

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